22 jul 2009

30. Vivir solo

Vivir solo puede ser entretenido, sino trabajas.
Hace meses, cuando dormía, sobre el cubrecamas ponía una chalón.
Hace meses, cuando dormía, en pleno sueño (tzzzzzzzzt) sentía como que alguien, aparentemente, se acostaba junto a mí, lentamente.
Empezaba por los pies y avanzaba en una caída que nunca llegó más arriba de la cintura, pues despertaba. De primera despertaba, y quedaba cachudo. De segunda empecé a gritar. De tercera sentía la presencia y me hacía el dormido y seguía ocurriendo como si alguien se acostara junto a mí, hasta que miraba rápidamente para ver si veía quién sabe qué.
Hace meses, cuando dormía, sobre el cubrecamas ponía un chalón.
Hace días, el pasado me pesó: el chalón me lo regaló mi mamá, era el recuerdo de una tía, que falleció y a la que nunca le he ido a dejar flores.
Su nombre es Inés Rodríguez y está sepultada en el Cementerio de Concepción; murió hace siete años. Hoy la siento más viva que nunca.

Datos personales

Mi foto
A los ocho años mi perro me mordió la mano derecha. Me dejó una cicatriz. El mismo animal, al año siguiente, me mordió el hombro opuesto al corazón. Otra cicatriz. En 1999 un perro casi mata a un gato. Intenté salvarlo, y lo logré. Pero éste, en el rescate, me arañó y dejó dos marcas muy feas en mi diestra. Mi mano izquierda posee dos cicatrices; no recuerdo cómo me las hice.